Reta a México evidenciar el riesgo del maíz modificado

  • Entre el 6 y 7 de marzo pasados, tanto EU como Canadá solicitaron una serie de consultas técnicas a México al amparo del capítulo 31 del T-MEC Foto: AFP

Cd. de México (Reforma).- En la serie de conversaciones entre México y Estados Unidos sobre la importación de maíz genéticamente modificado, es del lado mexicano donde están los mayores retos para demostrar con evidencia científca que implica un riesgo para la salud de los consumidores.

Cecilia Stahlhut, consejera de Hogan Lovells México, explicó que para que Estados Unidos olvide su intención de abrir un panel de controversias al amparo del capítulo 31 del T-MEC, será necesario que los argumentos tengan un sólido respaldo científico y se expongan de manera correcta.

“Creo que Sader (Secretaria de Agricultura y Desarollo Rural) tendrá un papel importante, pero tendría que ir más allá de un par de declaraciones. No es suficiente un par de declaraciones y un par de amenazas, es necesario tener realmente un sustento científico sólido”, dijo la especialista comercial.

Al amparo del T-MEC, las determinaciones comerciales de tipo fitosanitarias deben quedar sustentadas en evidencia respaldada en organismos de investigación y no sólo en dichos, como hasta ahora se ha hecho del lado mexicano.

“Estamos en una etapa en la que la autoridad mexicana, el Gobierno mexicano y principalmente quienes están involucrados, por ejemplo, Cofepris, van a tener que demostrar que efectivamente, como han declarado, la importación de maíz amarillo implica un riesgo para la salud de los mexicanos”, señaló Stahlhut.

Si bien, México cuenta con la “ventaja” de que a nivel global se ha cuestionado el impacto de los alimentos genéticamente modificados, la evidencia científica deberá sumarse a una correcta vía administrativa para que sea aceptada.

“Si bien pudiera estar ahí la información y el sustento científico afuera, no sabemos si (Cofepris) va a tener la capacidad de traducirlo para presentarlo como una verdadera evidencia o prueba”, cuestionó la especialista.

Anticipó que la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) no se manifestará antes de septiembre, cuando termine el período de consultas sobre maíz, a la espera de contrarrestar toda la posible evidencia que México aporte en los siguientes meses.

Cabe recordar que, entre el 6 y 7 de marzo pasados, tanto Estados Unidos como Canadá solicitaron una serie de consultas técnicas al amparo del capítulo 31 del T-MEC.

México tiene 180 días para demostrar de manera sustentada los daños a la salud, al campo y maíces nativos por la importación de maíz amarillo genéticamente modificado.

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