
Cd. de México (Reforma).- Hace justo cuatro años, en Palacio Nacional se escuchó con bombo y platillo el nombre de la Nueva Escuela Mexicana (NEM); el sello que la Cuarta Transformación (4T) pretende dejar en la educación, un modelo que nada más no termina por ser entendido por los maestros, encargados de concretarlo en las aulas.
Los legisladores morenistas y sus aliados aprobaron el 9 de mayo de 2019 una reforma constitucional en materia educativa que pretendía poner las bases de un nuevo sistema.
Ese 15 de mayo se proclamó y publicó dicha reforma en el Diario Oficial de la Federación y el Mandatario celebró la abrogación de la “mal llamada reforma educativa” del sexenio de Enrique Peña Nieto.
Ese día, Esteban Moctezuma, el primero de los tres titulares que ha tenido la SEP en la Administración obradorista, anunció la Nueva Escuela Mexicana, que fija entre sus objetivos “impulsar transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad”.
Pero el sello de la administración ha sido la inestabilidad en funcionarios. Van tres Secretarios de Educación federal en el sexenio. Cada 500 días hay un nuevo Secretario.
Las principales medidas en materia educativa han incidido en lo gremial. Lo más importante ha sido la basificación de decenas de miles de maestros que tenían inestabilidad en su planta de trabajo, además de restituir a activistas de la CNTE sus puestos en escuelas.
El primer paso fue replantear la relación con los sindicatos de maestros. El Gobierno federal retomó la relación con el dirigente del SNTE Alfonso Cepeda y mantuvo reuniones mensuales con los liderazgos de la CNTE que, con el paso del tiempo, esos contactos fueron disminuyendo.
Donde la 4T no ha podido aterrizar su proyecto es en la aplicación de un nuevo plan de estudios y con la prometida reformulación de los libros de texto. Especialistas y docentes han criticado la ideologización de los proyectos de planes educativos y la improvisación con la que han sido trabajados.
Tras la difusión de varios borradores, en agosto de 2022, autoridades educativas presentaron formalmente los planes y programas de estudio de la educación básica y media superior, que pretenden implementar en el próximo ciclo escolar (2023-2024), a iniciar en agosto. La SEP organizó asambleas con maestros de donde derivaron documentos que ayudarían a la formulación del plan.
El programa piloto anunciado para este ciclo escolar y que se pretendía aplicar como ensayo con docentes fue frenado por amparos de organizaciones, como Mexicanos Primero y Educación con Rumbo.
Según especialistas, el maestro actual tiene múltiples retos que, se prevé, incrementen conforme avanza este sexenio, con acciones como el rediseño de libros de texto, englobar las lecciones en “campos del conocimiento” y no en materias, un cambio de planes y programas de estudio, además de estragos acarreados por la pandemia como atraso y abandono escolar.
Más ideología, menos pedagogía
Eduardo Backhoff Escudero, investigador y psicólogo educativo, refiere que el planteamiento de la Nueva Escuela Mexicana es en principio una reforma profunda y de gran calado que impacta en dos grandes aspectos de la educación: la ideología y la parte pedagógica.
“En la parte ideológica, ellos (la 4T) parten de que todo lo que se hizo anteriormente y todo lo que se enseñó a las generaciones pasadas estuvo mal hecho, porque se basó, digamos, parte en la cultura que nos heredó La Colonia, que nos heredaron los españoles, que nos heredó la cultura occidental, la filosofía, la ciencia y, digamos, la forma de ver al mundo, y que eso lo único que hizo fue ir en contra de los intereses de las clases desprotegidas.
“Y que eso hizo mucho daño y que hubo una colonización epistémica le llaman ellos, epistémica quiere decir del conocimiento, es decir, que te colonizaron tu mente y, por lo tanto, ellos quieren revertir esa colonización mental”, agrega.
“Es decir, revertir lo que hemos aprendido y verlo con nuevos ojos; esos nuevos ojos son muy al estilo marxista, entre los que se divide a la sociedad entre los ricos y los pobres, entre los explotados y los explotadores y, por eso, ellos lo que quieren hacer es una educación en donde concientice a los niños y jóvenes de la situación social, de injusticia social en donde se encuentran”, apunta.
Con este contexto, Backhoff Escudero remarca que los docentes tendrán una tarea compleja y un gran reto, pues, dice, adaptar la NEM a las aulas implica cambiar su manera de pensar.
“Los profesores fueron enseñados como tú y como yo, y como el 99.99 por ciento de la gente mexicana, ese 0.000001 que son ellos, quieren decir ‘no, es que ustedes están mal, porque ustedes les están haciendo creer a las personas que lo injusto es justo y que ellos no saben que son explotados y nosotros queremos que ellos se den cuenta’.
“Ellos le llaman concientizar a la población mexicana. Esa es la parte ideológica y esa es la parte que más preocupa“, sostiene.
El también ex presidente del ahora extinto Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE) indica que, en la parte pedagógica, los docentes tendrán el reto de encontrar la manera de instrumentar estas metas y cambiar la visión que el Gobierno considera que tienen actualmente los mexicanos por la que ellos defienden.
Asimismo, menciona que especialistas han expuesto críticas por los campos formativos, al advertir que al englobar materias como las matemáticas con otras asignaturas podría repercutir en los aprendizajes.
“Si enseñándole a los niños aritmética o solamente matemáticas, pues si la meten en este campo formativo en donde se ven varias cosas, van a aprender menos. Pasa igual con la lengua, con la escritura.
Tenemos muchos problemas en que los niños aprendan a leer y comprendan lo que están leyendo.
“Varias especialistas han dicho ‘oye, los libros de texto están muy mal hechos porque están suponiendo que los niños de primer año ya llegan leyendo’, cuando solamente los de escuelas particulares y algunas particulares lo logra”, expone.
Los planes de estudios, agrega, no están bien definidos y esto también será un obstáculo para los profesores. Así, considera, deberán interpretar las líneas generales de la NEM y el marco curricular al contexto particular donde dan clases y, según sus sondeos, esto aún no es comprendido.
“Primero tendría que entender estos planteamientos que te estoy diciendo, entender perfectamente cuáles son los alcances del plan nuevo de estudios, y por lo que yo he alcanzado a ver y a platicar con muchos profesores, no le entienden, y las capacitaciones que han dado son completamente insuficientes y salen con más dudas con las que entraron.
“Es un experimento social que no se ha hecho en ningún lado y de repente se les ocurre hacerlo y hacen corresponsable al docente. Es un plan de estudios que parece que no tiene ni pies ni cabeza, y que es tan ambicioso y etéreo que difícilmente, a mi manera de ver, va a poder aterrizar, ya no digas en la mayoría de las escuelas, en una proporción mínima. Va a ser una tarea enorme a la que se van a enfrentar”, advierte.
Navegando en la incertidumbre
Carlos Ornelas, profesor de Educación y Comunicación en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco y Doctor en Educación por la Universidad de Stanford, opina que todos estos cambios realizados por el Estado provocan incertidumbre entre el magisterio.
“Todo este movimiento por el nuevo plan de estudios, los nuevos libros de texto enmarcados en lo que el Gobierno llama la Nueva Escuela Mexicana, genera incertidumbre entre los maestros, hay desconfianza. Los afecta mucho porque va a cambiar sus rutinas de trabajo, los métodos establecidos, van a tener que salirse, si es que lo hacen (que no creo que vaya a pasar), salir a las comunidades para que los alumnos y ellos aprendan de los saberes comunitarios”, expone.
“No hay capacitación, el presupuesto para este año ya se agotó, eran 85 pesos per cápita para cada maestro”, indica.
En sus pláticas con maestros, cuenta, se ha encontrado quejas como improvisación, la rapidez con la que se quieren establecer las modificaciones y la falta de capacitación.
Indica que, pese a las diversas inconformidades que tienen los docentes, no se ven movilizaciones ni reclamos como en sexenios anteriores, lo que él considera se debe a diversas causas, como que el Gobierno está entregando plazas al SNTE, que concentra a la mayoría de los docentes del País.
“La basificación es olvidarse de exámenes para el ingreso, para la promoción, y han regresado muchos de los viejos vicios que se habían acabado”, señala.
De lado contrario, acota, en la CNTE, hay una ruptura con el Estado, pues se consideran traicionados al no ver abrogada en su totalidad la reforma educativa, no se les ha cumplido con la reinstalación de cesados, entre otras demandas, por lo que se niegan a aplicar el plan de estudios e impulsan sus materiales educativos propios.
El investigador informa que en las últimas semanas ha platicado con maestros en Culiacán, en Ciudad Juárez y en la Ciudad de México y les ha cuestionado por qué ellos no protestan, pese al desacuerdo con el nuevo modelo educativo, y lo que encontró fue un voto de confianza al cambio curricular, pese a advertir dificultades.
“Hay maestros que dicen que es necesario el cambio, que están de acuerdo con la Cuarta Transformación; les cae bien el Presidente, simpatizan con lo que dice el Presidente y piensan que debe haber cambios, pero cuando les digo ‘es que van a salir a la escuela y todo eso’ dicen ‘sí, bueno, va a haber dificultades, pero nos van a capacitar en el futuro’, y les digo ‘bueno, pero dice la SEP que la capacitación va en el Consejo Técnico Escolar, ustedes van a tener que improvisar, van a tener que aprender de las comunidades de lo que digan’, ellos son convencidos”, apunta.
“No lo puedo medir en términos cuantitativos, pero creo que es mayoritaria, son los que lo hacen por conveniencia, porque fueron basificados sin entrar por concurso, porque el mismo sindicato les había conseguido la plaza de interinato; ojo, son más de 750 mil basificados en lo que va de este Gobierno y algunos miles de maestros que tenían tiempo haciendo interinato en zonas rurales y todo, hay justicia laboral. Se les reconoció lo que habían hecho, pero no habían pasado exámenes y por eso en el Gobierno anterior no tenían base. La mayoría entraron por las viejas prácticas”, agrega.
Pese a la inflación, dice, la Federación ha cumplido con ajustes salariales, y es una razón más para que los docentes estén a gusto.
Ornelas también advierte que organizaciones de la sociedad civil han presentado batalla por la vía legal contra los cambios curriculares, lo que podría llegar hasta la Suprema Corte.
“De tal manera hay inseguridad sobre si se va a poner en práctica o no, eso para el cortísimo plazo. México es un país de sexenios, el tiempo mexicano dura seis años y yo pienso que quien quiera que venga, no importa quién sea, el partido que sea, va a decir que esto es una locura, es muy apresurado, no hay reflexión, está muy improvisado, muy ideologizado, tiene cosas que les recomiendan a los maestros, que se receten a Boaventura de Sousa Santos, que lean a Marx, a Lenin.
“Los maestros no se dan por enterados. El plan de estudios tiene un anexo de más de 200 páginas, 300 mil palabras, un montón de cuadros, 18 páginas de bibliografía. Yo me pregunto cuántos maestros van a leer ese anexo y es donde está la carga ideológica en contra del mestizaje, en contra del neoliberalismo, en contra de todo el pasado, a veces citan a Vasconcelos y a Torres Bodet, dicen que quieren destruir lo que ellos construyeron, que es el sistema escolar mexicano”, añade.
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